Matilda, ni con el pétalo de una rosa, seras tocada en pos de lastimar tú belleza, tú dulzura, tú ternura, y dicindote todo el tiempo, que se haga tú voluntad, y no la mía,
y mí voz hacia tí, sera como el sonido de unas aguas pacificas, arrullando tús encantos femeninos, y con bellas melodías que encanten tus oidos, y dandote de beber el más fino de los vinos, para que tú embriaguez desate el más tierno amor, que solo en una princesa como tú puede haber
no quiero que por ningun motivo, ni bajo ningun concepto, se desencadene tu ira , en defensa de tu gran envistuidura, y en defensa de tus grandes cualidades de mujer hermosa y sensual,
ya que no quiero, que tú corazón se turbe y empañe todos tus encantos femeninos, batiendo con tus alas de angel mí alma, en pos de castigo,
ESO JAMÁS LO SOPORTARÍA VINIENDO DE UNA MUJER ENCANTADORA COMO TÚ